miércoles, 20 de febrero de 2013

ECLESEXUALIDAD: PROBLEMAS, DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES EN LA COMUNIDAD DE LA FE.



ECLESEXUALIDAD: PROBLEMAS, DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES EN LA COMUNIDAD DE LA FE.
Un Acercamiento desde las Ciencias Humanas
                                                                           Pastor William Charry[1]

El comité de Bioética del Distrito, donde el Señor me permitió representar a dos Hospitales de la ciudad, se reunía alrededor de una mesa y en ella siempre reposaba una pequeña pirámide que decía: “La controversia es nuestra herramienta de trabajo”. Me identifico con esta frase porque de alguna manera, en nuestras vidas siempre habrá controversia, lo cual nos invita a estar en un permanente diálogo. De igual forma, creo que debe existir un diálogo permanente de la fe con la ciencia; este diálogo debe ser inagotable, aunque  se presenten diferencias.
Cuando el Señor trajo a mí las “buenas noticias”, yo me encontraba en diálogo con la filosofía y estudiando derecho en la Universidad del Rosario. En ese momento mi inquietud era un tanto existencial: leía los clásicos y a un “criollo existencialista” llamado Gonzalo Arango[2], fundador del “Nadaísmo”, y me sorprendió cuando en un artículo del periódico que honraban el día de su muerte publicaron uno de sus tantos escritos. Decía: “Ya no tengo causas ni banderas que defender, porque fueron arriadas y barridas las fortalezas del poder egoísta, yo fui vencido y en la derrota liberado”. Esas palabras expresaban algo muy significativo, Gonzalo Arango se había hecho cristiano. El nadaista ahora creía en Cristo y eso me confrontó. Entendí que tenía que reconocer mi derrota como hombre pecador, tenía que arrepentirme. El Señor tuvo misericordia de mí y así llegué al evangelio, no en un contexto eclesiástico, sino por medio de esta lectura.
Estudiando en la Universidad “Ideas Políticas” Dios empezó a cuestionarme, me di cuenta,  leyendo a Santo Tomas, San Agustín, Martín Lutero y autores seculares, que necesitaba estar en diálogo con las Ciencias Humanas (Derecho, Filosofía, Sociología, Historia, etc.). Luego abandoné el derecho y por muchas circunstancias de la vida, Dios me conecta con el tema de la salud y finalmente con la Psicología. Durante 3 años, tuve la necesidad de tomar un tratamiento de desprogramación  con el pastor T.K. Anderson, discípulo de Gary Collins, uno de los Psicólogos norteamericanos pioneros de la Psicología Pastoral Lineal en Estados Unidos.  En medio de todo este proceso significativo, comencé a dialogar con la Salud Mental, Emocional y Psicológica.
También me llamó la atención Francis Schaeffer, teólogo y filósofo sueco, con sus diálogos entre la Ciencia, la Psicología y la Fe. Escribió el libro “Retorno a la Libertad y a la Dignidad”[3], como respuesta a B. Fredric Skinner por su obra “Más allá de la libertad y de la dignidad”[4]; mientras B. F. Skinner planteó que el ser humano era condicionado y determinado por su medio ambiente, Francis Schaeffer dice: “El ser humano es autónomo, por esa razón se hace responsable de sus actos, y por lo tanto tiene que rendirle cuentas a su entorno, a su núcleo y a Dios”. Me gustó mucho que  desafiara todo un contexto psicológico, donde lo científico se consideraba como lo último.
Entendí la necesidad de incluir en este diálogo de Ciencia y Fe, la Apologética,  tenemos que dar razón de lo que creemos y de por qué lo creemos.  
Francis Schaeffer escribió su libro “Retorno a la Libertad y a la Dignidad”[5] como respuesta a  Skinner por su obra “Mas allá de la Libertad y de la Dignidad”.
En este acercamiento sobre problemas, desafíos y oportunidades, llega a la memoria una enseñanza que recibí en el ministerio de Escuelitas de Expositores Bíblicos, con el texto de Isaías 58:1. Muchos se preguntaran: ¿qué tiene que ver el ayuno sobre el que habla este capítulo con la sexualidad?
En este texto lo primero que encuentro son problemas, tanto que Dios le dice al profeta: “clama a voz en cuello, no te detengas, alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebeldía”.  
Aquí se encuentran los desafíos, en el verso 6 de Isaías 58, el profeta inicia una serie de preguntas:
“¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma?, ¿no es más bien el ayuno que yo escogí que partas tu pan con el hambriento?“
Pareciera que el Señor aquí quiere confrontar a su pueblo, y ayudarle a realizar una reflexión acerca de su salud integral. No habla de las almas, ni de los espíritus, ni de los cuerpos solamente. Habla del hombre como ser integral e integrado. Jesús nos pastorea integralmente,  y por lo tanto eso es lo que tenemos que hacer nosotros.


LA REALIDAD EN LA IGLESIA EVANGÉLICA

Se presentan víctimas de abuso entre la población cristiana evangélica. Veamos algunos datos que se conocen, y los lugares en los que se efectuaron estos abusos:

ý  En iglesias evangélicas: 153. Ya sea en el baño, en la escuela bíblica, en un tiempo de intercesión, o al quedarse solo con un maestro.
ý  En Hogares evangélicos: 61
ý  Organizaciones evangélicas 150
ý  Otros espacios: 19
ý  Del año 2007 al 2010, cada semana por lo menos un niño fue atendido por abuso sexual en nuestros sectores cristianos evangélicos.
ý  También, la violencia intrafamiliar y conyugal es un hecho, dentro de las familias evangélicas.
Estas cifras demuestran que no tenemos protocolos de prevención y promoción en nuestras iglesias, y entre más grande es una iglesia más riesgo tiene. Adicionalmente, no tenemos criterios de selección de quienes sirven en la iglesia. Alguien que apenas conocemos nos cae bien y tiene excelentes dones y lo elevamos como líder, pero no pastoreamos su carácter. Entonces por su carisma, puede llegar a ser líder de niños. Nada nos garantiza que no incurra en abuso contra los niños y niñas.  
Yo no puedo decir que estamos en avivamiento con estos problemas. Estas no son señales del Reino, no estamos trabajando una ética del evangelio, esto no debería ser así. Yo soy responsable tanto como tú, pero sobre todo es responsable quien genera este daño, nosotros directamente no lo somos pero si tenemos que generar medios de contención.
Cuando nos pusimos en conexión con algunos de los pastores respecto a estos temas la respuesta que encontramos fue: “hermano los asuntos que yo atiendo son netamente espirituales”.  De nuevo, esta respuesta denota la no integralidad de nuestra concepción de la persona. El problema de la violencia intrafamiliar hay que denunciarlo, porque no sólo es un pecado, es un delito.

HERENCIA DE LA PATRÍSTICA

Nuestras creencias y actitudes cristianas evangélicas acerca del sexo las hemos construido no por origen sino por adopción "descansan sobre ideas básicas tomadas, en gran parte, de no cristianos de la más remota antigüedad, algunos escritores cristianos se apropiaron de numerosas ideas y prácticas de fuentes paganas y judías” como el libro “La ley, el sexo y la sociedad cristiana”[6]. No hemos ido a la palabra, la palabra nos tiene que confrontar, nos tiene que iluminar, porque es una “lámpara a nuestros pies”. Nuestra iglesia está perdiendo identidad porque está perdiendo referencia al texto.
Las opiniones acerca de nuestra moral sexual se construyeron a través de la patrística, muchas de estas conceptualizaciones fueron derivadas de ideas gnósticas y griegas del ser humano hasta llegar a ser doctrina para la Iglesia. Aquí no sólo hablamos de la Iglesia Católica Romana, sino también del corpus el de la Iglesia Evangélica. "Las ideas sobre el sexo expresadas por los Padres fueron tomando forma coherente, y empezaron a integrarse en un gran corpus de ideas teológicas acerca de Antropología, Psicología y Cosmología.  Este corpus de creencias empezó a transformarse en ley, quiero decir que empezó a ser expresado en reglas de conducta". Esa es nuestra realidad, hemos planteado códigos de “no” y de “si”.
Cuando enviamos a un joven a un colegio cristiano, se le dice: “escucha sólo música cristiana, no tengas amigos que no son cristianos, no te unas en yugo desigual”, pero no llegamos a la cosmovisión. Cuando Pablo confronta a los Corintios, lo hace desde la cosmovisión, no con el comportamiento, porque el comportamiento es una expresión de la cosmovisión. Tenemos que trabajar la cosmovisión. Jesús no nos metió dentro de una ética normativa, pero sí nos dejó modelos: “ámense unos a otros como yo os he amado”.

LOS PROBLEMAS DERIVADOS DEL SINCRETISMO TEOANTROPOLÓGICO

1.       Una Teología carente de corporeidad. La de “salvar almas”, la que habla de “seres espirituales”.  "Parecía que el Espíritu Santo moraba solamente en nuestro espíritu, ¡y no moraba en el cuerpo era solamente hasta la cintura!" (Stamateas, B. 1996). Lo que tenía que ver con la sexualidad no se podía tratar.
2.       Dividir la convivencia diaria entre lo profano y lo sagrado. Entonces se piensa: “es muy espiritual ir a la iglesia, pero no lo es estar en la casa con mi esposa, es muy espiritual estar evangelizando, pero no lo es estar compartiendo un domingo en familia, es muy espiritual estar con el pastor almorzando pero no lo es hacer lo mismo con la esposa y con los hijos.  Entonces dividimos nuestra vida.

3.       Plantear que la sanidad es solamente interior. La iglesia adoptó el término “sanidad interior”, pero la salvación no es interior, la salvación es integral, de igual forma, la sanidad es integral.

4.       "Que la sexualidad es perjudicial para nuestra espiritualidad que no está integrada a nuestra integralidad, se redujo a los deseos de experimentar y compartir placer genital". No que la sexualidad se expresa como si mismo corporal, que incluye nuestra forma de ser en el mundo como personas corporales con feminidad y masculinidad, que aunque arraigado a nuestra realidad corporal es más que esto, incluye nuestra mente, nuestros sentimientos, nuestra voluntad, nuestra memoria, nuestra auto comprensión. Es relacional, por ello es fundamento fisiológico y afectivo de nuestra capacidad de amar[7]. Esta es una visión del mundo, por esa razón encontramos hombres que dicen: “yo no le estoy siendo infiel a mi esposa, porque no amo a la otra persona con la que ando, no estoy involucrado afectivamente, mas si sexualmente.  Entonces también divide al ser.
De esta misma manera trabajamos la teología del perdón, le decimos a la gente, perdone porque perdonar es una decisión. Pero perdonar no es sólo una decisión involucra el intelecto, las emociones, involucra las relaciones, involucra la justicia relacional. No podemos decirle a la persona después de que fue abusada: “perdone y listo, quedo arreglado”. Una persona así demanda justicia reparativa y esta la tenemos que encontrar en el sustituto, en el que murió por nosotros, en el que murió por ella en el que murió por el agresor, tenemos que hablar de la integralidad del perdón también.
5.       La iglesia dejo de ser una comunidad sexuada para ser "asexuada".  Se ignora que la “sexualidad es profundamente personal en cada uno de nosotros, es invariablemente social y pública en sus implicaciones"[8]. Cuando hablamos de “almas” en lugar de “personas”, estamos representando a los demás como seres asexuados. Se separó la sexualidad de la  espiritualidad por la influencia dualista de la cosmovisión griega del ser humano.
Pablo en sus cartas a los Corintios, los confronta con las implicaciones de su sexualidad, como un problema de su espiritualidad, si invitáramos a Pablo a hablar a alguna de nuestras iglesias nos sorprendería escucharlo hablando acerca de nuestra sexualidad, y posiblemente el pastor le diría: “hermano aquí no hablé de eso, eso no es del espíritu”. Eso equivale a decir: “arranque esos capítulos en Corintios”.}
6.       En nuestra cultura evangélica, subyace el desprecio al sexo y la exaltación al ideal de castidad. Olvidamos el significado unitivo de la sexualidad, pues es relacional y dadora de afecto, pero también de satisfacción y placer físico bajo la tienda matrimonial. Según Margaret Farley hay influencias Gnósticas y Estoicas en la teología sexual del cristianismo. Separamos radicalmente el espíritu del cuerpo, pues este último era lugar particular del mal. Cuando pensamos en cuerpo lo entendemos como malo, entonces pensamos que el objeto de mal está ubicado en nuestra corporeidad. “Aceptando una adhesión no expresada a un ideal ascético moral sexual: cuanto menos sexo, mejor; cuanto más, peor[9]".  

La raíz de esta perspectiva se puede encontrar en que muchos de los primeros padres de la Iglesia consideraban que el sexo era repugnante y obsceno por su naturaleza misma, entre ellos, Lactancio, Arnobio, Tertuliano, Orígenes, Justino Mártir.[10] Para San Agustín el "deseo sexual no solo era un mal básico y continuo, sino también un vicio que nadie podía estar seguro de dominar. Nacemos con él y dura mientras vivimos".[11]

Para San Jerónimo (año 347 a 420), el sexo y la salvación eran contradictorios, hasta en el matrimonio, el coito era malo y sucio, y los cristianos casados debían evitar el contacto sexual siempre que fuera posible[12]. Según Josefo, la impureza ritual inherente al sexo se debía a que la relación sexual causa una división dentro del alma[13]. Estos son los referentes de los cuales hemos tomado nuestra antropología de la sexualidad.

Por lo anterior, al leer textos como Génesis 2:24, se invisibiliza el "ser una sola carne" como la dimensión sexual de la expresión de afecto en la relación matrimonial. Hemos entendido “ser una sola carne”, para el ministerio, para orar juntos, para andar cogidos de la mano, pero el texto bíblico no se refiere a eso. Pablo como intérprete, dice que es un asunto de tipo sexual. Y Jesús hablando de divorcio y desafiando el patriarcalismo, lo resuelve desde la mutualidad no desde la posición de poder del hombre.  Para mí es tan pecado, tener relaciones sexuales fuera del matrimonio como no tenerlas dentro, peco contra mi esposa y ella contra mí. Disfrutemos de la gracia que el Señor nos ha dado.

7.       Redujimos la sexualidad a un único significado: el procreador. Además se condujo al extremo del rechazo del sexo y a justificar la relación sexual únicamente para la procreación, sosteniendo la superioridad espiritual de la virginidad y así quedo "establecida la dirección de la ética social cristiana para los siglos venideros"[14].

En el contexto judío una vez casados, el esposo  tenía la obligación moral y legal de tener relaciones sexuales con su esposa, y la esposa tenía derecho de exigirle el cumplimiento sexual[15]. Pero según algunas autoridades, la relación marital solo se justificaba si su propósito era engendrar un hijo. La relación sexual exclusivamente por placer era indebida[16].

COMPARACIÓN ENTRE CRISTIANISMO Y CULTURA RELIGIOSA EVANGÉLICA

EL CRISTIANISMO PLANTEA UN SER:
LA CULTURA RELIGIOSA PLANTEA UN SER:
De dimensiones y las distingue
De partes, tripartito, y las separa.
El dualismo: Carne (Como naturaleza separada de Dios) y Espíritu (como el principio de la nueva vida de redención y de gracia y el mismo espíritu divino que nos ha sido dado).[17]
Dicotomía.  La filosofía griega sostiene que el hombre está compuesto de dos partes enteramente distintas, cuerpo por un lado y espíritu por otro. En algunos con pensamiento no bíblico y religiones ajenas a la Biblia se considera al hombre como un alma o espíritu incorporado, un espíritu aprisionado. El alma se ve como preexistente que entra en el cuerpo, de la materia[18].
Un cuerpo animado, que refleja la totalidad de la persona[19]
24Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día; por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban”.
Salmo 71:24.
“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: «¡Tu Dios reina!»Isaías 52:7.
“¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí! Salmo 51:10
“¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí, no callaré, porque sonido de trompeta has oído, alma mía: ¡un pregón de guerra!”  Jeremías 4:19
Un alma encarnada, más afín a concepciones gnósticas.
Cada término expresa la totalidad del ser humano, pero cada uno de estos términos es una visión del ser desde una perspectiva distinta. [20]
Cada término expresa una parte del ser humano por ello se le identifica como tripartito[21].
El ser humano es un individuo lo cual significa no divisible, un ser integral e integrado, esto lo hace único.
El ser humano continúa en su condición de persona caída, se encuentra dividido en partes.

No tenemos cuerpo somos seres corporales; no tenemos mente somos seres con manifestaciones, psicológicas, emocionales, intelectuales; no tenemos espíritu somos seres espirituales[22].
Somos portadores de una mente, un espíritu, un cuerpo


DESAFÍOS

A partir de la confrontación de estas cosmovisiones, las iglesias evangélicas enfrentan varios desafíos:
1.       Desarrollar una perspectiva cristiana acerca de la sexualidad. “Ayudar a la gente a … pensar como un Cristiano, es decir aplicar la revelación bíblica a los temas controversiales de hoy en día con integridad, someter la revelación de ayer a las realidades de hoy… combinar la lealtad al pasado con la sensibilidad al presente… responder a nuestro llamado cristiano: Vivir en el mundo sometidos a la Palabra[23]"
2.       Ver al ser humano como ser integral. Dejar de hablar de “almas”, para referirse a las personas, y dejar de dividir el mundo en: “espiritual” y “carnal”.
3.       No ignorar los desafíos del mundo moderno. Ignorarlos es vivir en el pasado, es escaparnos, es no involucrarnos, es no dar una vuelta para mirar el mundo con compasión, ensuciar y lastimar nuestras manos en el servicio y sentir en nuestro interior el amor incontenible y conmovedor de Dios.[24]
4.       Ser entendidos de que nuestra verdadera guerra es una lucha de visiones del mundo: "La guerra de culturas no es por el aborto, por los derechos de los homosexuales, ni por la decadencia en la educación pública… la verdadera guerra es una lucha entre visiones del mundo, entre la visión cristiana y las diversas visiones seculares y espirituales alineadas contra nosotros. Esto es lo que debemos comprender si deseamos ser eficaces para evangelizar a nuestro mundo hoy y para transformarlo a fin que refleje la sabiduría del creador”.[25]
5.       Plantear a Jesús como modelo de sexualidad y como modelo de masculinidad: Jesús el varón, “13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Efesios 4:13, el modelo de varón que Jesús expuso es su propia persona.
6.       Diferenciar entre verdades perennes que propone la palabra y propuestas culturales r religiosas transitorias.  En Génesis 2:24 dice: Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne”. Esta verdad está caracterizada por la estabilidad doctrinal de un versículo en tres contextos diferentes de la historia de la salvación: La pareja creada, la pareja caída, la pareja redimida y por tres personas diferentes: Moisés, Jesús y Pablo. Esto demuestra en Génesis, los Evangelios y la carta a los Efesios, la transversalidad de esta verdad en contextos culturales diferentes como en momentos de la salvación diferentes.
7.       Desafiar los principios establecidos con los principios del reino. Jesús con su buena noticia, desafió los principios establecidos de género, y el patriarcado se vió seriamente amenazado: hay un proyecto de ser humano, del Reino de Dios y su justicia, que difiere mucho de los patrones culturales o religiosos.
8.       Desarrollar una pastoral del cuidado de las personas en su sexualidad.
OPORTUNIDADES
A su vez, este momento histórico nos presenta varias oportunidades para la expansión del Evangelio:
1. Generar diálogos desde las Escrituras por parte de la comunidad de fe, con la "tradición" de fe, la teología y práctica de la comunidad… lo que ha sido la sexualidad en las vidas y sociedades humanas…  construir una interlocución con las ciencias humanas y sociales[26].
2. Resignificar conceptualizaciones acerca de la sexualidad a la luz de las Escrituras. "El sexo no solo es permitido, sino ordenado" "que Abraham y Sara fueron la primera pareja que destruyó el  mito de que el sexo es algo para jóvenes[27]". Cuando el cristianismo "exigió que toda actividad sexual fuera encauzada hacia el matrimonio, cambio el mundo, esta revolución consistió en introducir al genio sexual dentro de la botella marital ello aseguró que el sexo no siguiera dominando a la sociedad, elevó el amor y la sexualidad entre el hombre y la mujer, y así, casi por sí mismo, creó la posibilidad de amor y erotismo dentro del matrimonio”[28].
3. Nos urge ser comunidad, pensar y reflexionar en la palabra de Dios, y ser testigos vivientes de Cristo. 5¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.Así que ni el que planta es algo ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento. 8Y el que planta y el que riega son una misma cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor,porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”. I Corintios 3:5-9
4. Comprender que el sexo es inseparable de la persona. No es simplemente una función fisiológica: es una expresión del ser interior, una dimensión del ego. Hablar de la sexualidad humana no es algo que tiene que ver con los órganos sexuales o la experiencia sexual exclusivamente; es más bien hablar de algo que atañe a la esencia misma de la persona[29]".

Que nos abstengamos de toda especie de mal
y el mismo Dios de paz nos santifique por completo;
todo nuestro ser..." I Tesalonicenses 5:23


GLOSARIO

ENFOQUE SISTEMICO. En un sentido amplio, la teoría general de los sistemas se presenta como una forma sistemática y científica de aproximación y representación de la realidad y, al mismo tiempo, como una orientación hacia una práctica estimulante para formas de trabajo interdisciplinarias.

NADAISMO. Movimiento bohemio de la década de los 60,dedicado a la poesía, obra e inspiración de Gonzalo Arango, manifestaba su inconformidad con el orden social reinante del bipartidismo político, el conservadurismo social, la burguesía y las revoluciones de masas con fines totalitarios. Su objetivo era, como el Arango lo define en el primer Manifiesto: "No dejar una fe intacta ni un ídolo en su sitio".
PSICOANÁLISIS. Disciplina surgida a partir de la investigación, el tratamiento terapéutico y el conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas que describe el funcionamiento del sistema inconsciente. El método de investigación consiste en descubrir el significado inconsciente de las palabras, acciones e imágenes mentales como los sueños, las fantasías y delirios de un individuo.

PSICODINÁMICO. Enfoque que se identifica con el psicoanálisis y con las concepciones en las que el conflicto intra-psíquico tiene un papel central.
PSICOLOGÍA COGNITIVA. Se refiere a los sistemas en psicología que se encargan del estudio de la cognición, es decir, los procesos mentales implicados en el conocimiento. Su objeto de estudio son los mecanismos básicos y profundos por los que se elabora el conocimiento, desde la percepción, la memoria y el aprendizaje, hasta la formación de conceptos y razonamiento lógico.
PSICOLOGÍA CONDUCTISTA. Corriente de la psicología con tres niveles de organización científica que se complementan y retroalimentan recíprocamente: el conductismo, el análisis experimental del comportamiento y la ingeniería del comportamiento. Esta última comprende a su vez toda una gama de aplicaciones tecnológicas, tanto en el campo de la terapia como de la modificación de conducta.
TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL. Engloba la terapia cognitiva compatible con la terapia de conducta, como aplicación clínica de la psicología cognitiva y la psicología conductista. Ya que dentro de la terapia de conducta se ha adoptado un nivel de análisis y tratamiento donde se analiza la conducta observable, pensamientos verbales y respuestas fisiológicas, así como las relaciones entre sí y la "conducta problema".




[1]  William Charry. Psicoterapeuta. Pastor de la Comunidad Cristiana El Renuevo de la Iglesia Filadelfia. Representante de la Fundación El Renuevo. Esposo y padre de tres hijos, roles que el ponente resalta en su presentación.
[2] Gonzalo Arango Arias 1931-1976 Escritor colombiano y periodista. En 1958 fundó el nadaísmo, movimiento de vanguardia de repercusión nacional, que intentó romper con la Academia de la Lengua, la literatura y la moral tradicionales.
[3] 1972. Traducción José Grau, Ediciones Evangélicas Europeas. Barcelona 1973. Es una crítica a 4 conferencias pronunciadas por reconocidos científicos.
[4] 1971 Editorial Fontanela, Barcelona. Donde B.F. Skinner afirma que la libertad y la dignidad son invenciones surgidas de  una  idea  pre-científica  de lo  que  es  el hombre.
[5] Publicado en 1972, Ediciones Evangélicas Europeas, traducción José Grau. Argumenta que la libertad y la dignidad del hombre es dada por Dios y, por tanto, no puede dejarse de lado sin consecuencias. .  
[6] James A Brundage, 2000, La ley, el sexo y la sociedad cristiana en la Europa Medieval.
[7] James B. Nelson, Desclee De Brouwer 1996, La sexualidad y lo sagrado
[8] Sandra P Longfellow, 1996
8 James Brundage Tomo A, 2000
[10] Arthur Darby Nock, 1964; Ramsey Mac Mullen, 1982; E DekKers, 1982
[11] Consolaciones & Instituciones, San Agustín.
[12] Jerónimo, Adversus  Jovianianum
[13] Jacob Neuen y Lander, 1973.
[14] Margaret Farley, Free Press, 1978. Enciclopedia de Bioética Vol. IV).
[15] Harry C. Schumer, 1981.
[16] Landner, 1973
[17] Emerich Coreth ¿Qué es el hombre? Herder, 1974.
[18] Smith Hoke Jr. El hombre una perspectiva Bíblica
[19] Stamateas Bernardo,1996
[20] Smith Hoke, El hombre una perspectiva distinta.
[21] Wachman Nee, El hombre espiritual. Kenneth Hagin, y Copeland.
[22] Stamateas Bernardo, Sexualidad y erotismo en pareja, 1996.
[23] John Stott, los problemas que los cristianos enfrentamos hoy, 2006.
[24] John Stott, 2005.
[25] Charles Colson,  y ahora… ¿cómo viviremos?
[26] Lisa Sowle Cahill. La Sexualidad y lo Sagrado. Desclee De Brouwer, 1996.
[27] Ruth K Westheimer, Sexo Divino. 1997.
[28] Dennis Prager, revista Ultímate Issues.
[29] Francisco Mira, Sexo y Dios, 2005.

martes, 30 de octubre de 2012

El día de la Reforma y el sacerdocio de todos los creyentes


Por C. René Padilla.


Para muchos de los estudiosos de la Reforma Protestante del siglo XVI, los énfasis centrales de este movimiento fueron cinco: Cristo solo (solus Christus), la Escritura sola (sola Scriptura), la gracia sola (sola gratia), la fe sola (sola fide) y la gloria de Dios sola (soli Deo Gloria). Sin embargo, hay buena base para afirmar que, además de estos énfasis fundamentales, los reformadores también dieron un lugar prominente a una doctrina que (por razones que daremos más adelante) ) podría ser considerada la Cenicienta tanto de la Reforma clásica como del movimiento evangélico en el momento actual. Nos referimos a la doctrina del sacerdocio de todos los creyentes, también denominado sacerdocio universal o común.

Cuando Martín Lutero lanzó su reto de reforma de la Iglesia Católica Romana, no lo hizo animado por un espíritu de innovación o rebeldía, sino movido por convicciones enraizadas en la Palabra de Dios. En la doctrina de la justificación por la fe halló la base para una solidaridad inalterable de los cristianos entre sí que hacía imposible la división tradicional entre “eclesiásticos” (los clérigos) y “seculares” ” (los laicos). Parafraseando Gálatas 3:28 escribe: “No hay sacerdote ni laico, cura ni vicario, rico ni pobre, benedictino, cartujano, fraile menor y agustino, porque no es cuestión de este o aquel estado, grado u orden.” En sus memorables tratados de 1520 el famoso reformador elabora este concepto con una orientación predominantemente cristológica. Alega que Cristo es nuestro hermano mayor y todos los cristianos participan de la gloria y la dignidad que corresponden a esa relación como reyes y sacerdotes con Cristo. Todo cristiano es sacerdote por el solo hecho de ser cristiano. Escribe:

Un zapatero, un herrero y un labrador tienen cada uno la función y la obra de su oficio. No obstante, todos son igualmente sacerdotes y obispos ordenados, y cada uno con su función u obra útil y servicial al otro, de modo que de varias obras todas están dirigidas hacia una comunidad para favorecer al cuerpo y al alma, lo mismo que los miembros del cuerpo todos sirven el uno al otro.

La misma doctrina del sacerdocio de todos los creyentes halla lugar en la monumental Institución de la religión cristiana de Juan Calvino y en otras obras de los reformadores. La Reforma no fue sólo un redescubrimiento de que “el justo por la fe vivirá”, que resume un aspecto central de la enseñanza evangélica sobre la salvación, con la cual se relacionan los cinco énfasis de la Reforma mencionados anteriormente. Fue también un retorno inicial a una eclesiología enraizada en la obra de Jesucristo, quien por amor “ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes al servicio de Dios su Padre ” (Ap 1:6).
Desde esta perspectiva, no se hace justicia a los reformadores cuando se juzga que su motivación fue poner “por encima de la Iglesia y su tradición la propia interpretación personal y subjetiva de las Escrituras”, como afirma Hans Küng. La intención que animó a los reformadores fue más bien la de colocar a la Iglesia bajo el juicio de la Palabra de Dios; llamarla de la esclavitud a tradiciones humanas a la libertad del Evangelio.

Cabe añadir, sin embargo, que la Reforma clásica se quedó corta en lo que atañe a las consecuencias prácticas del sacerdocio de todos los creyentes para la vida y misión de la Iglesia. Como ha señalado John Yoder, “la mayor parte de la conversación protestante sobre el sacerdocio de todos los creyentes no desarrolló estructuras para implementar la visión apostólica de que cada miembro de la iglesia tiene un don ministerial propio”.  En términos concretos, en las iglesias protestantes en general prevaleció la dicotomía entre clérigos que ejercen sus dones ministeriales y laicos que ni reconocen sus propios dones ministeriales ni se preocupan por descubrirlos y ejercerlos para el bien común en conformidad con la enseñanza bíblica (ver especialmente 1Cor 12:1-31 y Ro 12:3-8). Es la expresión eclesiástica de la dicotomía entre lo sagrado y lo secular que conduce a una lamentable distorsión del cristianismo especialmente en lo que atañe a la ética.

En el contexto latinoamericano el movimiento de las comunidades eclesiales de base fue un valioso intento de recuperar una eclesiología enraizada en el Nuevo Testamento, una eclesiología que superara la dicotomía entre clérigos y laicos y recuperara la dimensión esencialmente comunitaria de la Iglesia.  Leonardo Boff interpretó ese viraje como una eclesiogénesis, un nuevo nacimiento de la Iglesia. Sin vueltas ni rodeos afirmó que “las comunidades de base reinventan la Iglesia”. La reinventan, según el distinguido teólogo, no como “la expansión del sistema eclesiástico vigente, asentado sobre el eje sacramental y clerical” sino como “una forma distinta de ser Iglesia, basada sobre el eje de la Palabra y del seglar”; o sea, sobre el mismo eje que los reformadores propusieron como base para el sacerdocio de todos los creyentes. No sorprende, por lo tanto, que varias de las característica de la Iglesia según la “nueva eclesiología” que describe Boff coincidan en términos generales con las de la Iglesia que anhelaban los reformadores:

—la Iglesia-Pueblo de Dios;

—la Iglesia en que los laicos son “verdaderos creadores de realidad eclesial, de testimonio comunitario, de organización y de responsabilidad misionera;

—la Iglesia como “koinonia de poder”, “contraria al principio de monopolización del poder en manos de un cuerpo de especialistas por encima y fuera de la comunidad”;

—la Iglesia en que “toda la comunidad es ministerial, no sólo algunos de sus miembros; se supera de esta forma la rigidez del trabajo religioso: jerarquía/dirección, laicado/ejecución”;

—la Iglesia de diáspora que se hace presente en la sociedad civil, “diseminada dentro del tejido social”, generando “una mística de ayuda mutua”;

—la Iglesia liberadora, “la puerta de entrada (desde el punto de vista del pueblo) a la política como compromiso y práctica en busca del bien común y de la justicia social”;

—la Iglesia que “prolonga la gran tradición”, la de Jesús, los apóstoles y las primeras comunidades cristianas, la que tiene como eje articulador “la Palabra de Dios oída y releída en el contexto de sus problemas, la ejecución de tareas comunitarias, la mutua ayuda y las celebraciones”;

—la Iglesia que “construye la unidad a partir de la misión liberadora”, no a partir de un gobierno jerárquico, un “poder centralizador  hasta el punto de expropiar al pueblo cristiano de todas las formas de participación decisoria”;

—la Iglesia con una nueva comprensión de su universalidad, una universalidad que toma en serio las causas universales, como es “la liberación económica, social y política que abre la perspectiva hacia una liberación en plenitud en el Reino de Dios”;

—la Iglesia “toda ella apostólica”, ya que “todo enviado (y cada bautizado recibe la tarea de anunciar y testimoniar la novedad de Dios en Jesucristo) es un apóstol y prolonga el envío de los primeros doce apóstoles”.

Lamentablemente, el propio Vaticano se encargó de obstaculizar y finalmente impedir el crecimiento de un movimiento que tenía el potencial de insertar nueva vida en la Iglesia Católica Romana.

Cabe añadir, sin embargo, que igualmente lamentable es el actual crecimiento del clericalismo en círculos evangélicos en América Latina y otras regiones del mundo, con el surgimiento de pastores y apóstoles que monopolizan el poder y desconocen el liderazgo de servicio. ¡Cuánta falta hace una nueva Reforma que haga posible una eclesiogénesis evangélica que tenga como eje la Palabra de Dios y el laicado, y reconozca en términos prácticos la importancia del sacerdocio de todos los creyentes para la vida y misión de la Iglesia!

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